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HA MUERTO UN GRAN ANARQUISTA I UNA GRAN PERSONA

Memorias de José Luis García Rúa <¡¡ IN MEMORIAM !!>

Publicado: Lunes, 17 Enero 2011
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Al entrar en el domicilio granadino de José Luis Garcia Rua se escucha la lengua griega.
El veterano anarquista gijonés (31 de Agosto de 1923), fundador en los sesenta de la Academia Obrera de la calle Cura Sama, explica latín ,griego y aleman a uno de sus nietos. “Se llama Héctor, un nombre clásico”. Doctorado en 1955 por la Universidad de Salamanca en Filologia Clásica -con la tesis “El sentido de la interioridad en Séneca”-, Garcia Rua será después profesor adjunto de Antonio Tovar y ampliará estudios en Munich.
Sin embargo, en 1958 renuncia «a la
adjuntía de Salamanca» y al año siguiente «al lectorado en Maguncia, aplastado por la burocracia y el estilo posprusiano aleman”.
Regresa entonces a Gijón y encabeza la oposición antifranquista con la
creación de la Sociedad Cultural Gesto o de la citada Academia de Cura Sama. Su actividad política provocará que lo expulsen de la Universidad de Oviedo, con lo que a partir de 1971, ya como militante de la CNT, iniciará un periplo personal de «perseguido político» por el que, «pese a no hacer
proselitismo», es expulsado de varios centros educativos andaluces. Finalmente, será adjunto titular de
Historia de la Filosofía en la Universidad de Granada, donde se jubila como profesor emérito en 2003.
Varios sucesos de su vida lo marcarán. Ante el cadáver de su padre -durante el cerco a Oviedo, al comienzo de La Guerra Civil- un compañero
anarquista de éste le dice a aquel chaval de 13 años: «No llores, cuando seas
grande ya lo vengarás». «Aquello se me quedó grabado; yo no soy un hombre que ame la violencia y quizas la manera de vengarlo ha sido mi fidelidad a la causa obrera». Poco después, en el orfanato Miliciano
Alfredo Coto, en Gijón, recibirá una lección de entereza del anarquista gijonés Eleuterio Qintanilla. «Estábamos en un examen de Francés y sonaron las sirenas de la aviación; cinco
permanecimos en el aula y oímos aproximarse las explosiones y temblar los cristales, pero Quintanilla
no se inmutó. Fue una gran enseñanza sobre la necesidad de dominarse en situaciones comprometidas,
de no dejarse invadir por el miedo». Más tarde, huido ya a Francia con su familia, una traducción suya
del francés revolucionó la colonia de jóvenes, mujeres y ancianos en la que estuvo recluido, enLorgues, la Provenza. «Se pasaba hambre y el Alcalde puso un anuncio en el que decía recibir tan sólo
cinco francos diarios por cada persona, pero yo había leído en un periódico que el Gobierno de Negrín
daba a Francia quince francos diarios por refugiado; traduje aquella noticia y la puse al lado de lo que
había escrito el Alcalde. No imaginé que cuatro palabras pudieran tener el efecto que causaron».
Años después, durante su estancia en Alemania, conocerá a Gisela Wiedermann, que será su esposa.
«Decidimos unirnos y le dije que yo tenía tres condiciones: asentar mi vida afectiva, dedicarme a los
otros y que cuando mi madre fuera mayor y no pudiera valerse vendría conmigo. En efecto, ella
cumplió al pie de la letra aquel compromiso». Gisela Wiedermann falleció en agosto de 2010.
En el presente, José Luis García Rúa, fiel a su ideario anarquista, sigue dictando conferencias y
escribiendo artículos. «El capitalismo produce que 200 propietarios tengan tanto como 3.000 millones
de personas», asegura, al tiempo que reflexiona sobre la crisis del presente: «La voluntad del sector
financiero internacional es eliminar la independencia de las pequeñas y medianas industrias y acabar
con el sentido soberano de los estados; su intención es que el Estado del bienestar desaparezca, que
disminuyan los salarios y las pensiones; y todo esto ya lo tenemos encima».

Aixó estimats lectors, és l’inici de les seves memóries.

Serveixin per a retre un merescut homenatge a aquest home bo !!

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